Con base en la primera evaluación de impacto del programa, se logró incrementar la superficie sembrada en 15%; 18% el volumen de producción; y 21% el valor de la producción
En 2020, el programa Fertilizantes para el Bienestar revirtió la caída en la superficie sembrada con maíz blanco de temporal en 4% con la entrada en vigor del programa en los estados de Morelos, Puebla y Tlaxcala, con base en la primera evaluación de impacto de programas de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).
En el marco del Programa Anual de Evaluación (PAE), la dependencia federal detalló que, en el plano nacional, durante el periodo 2015-2019, la superficie de maíz blanco de temporal mantuvo registró una caída de 10%, al pasar de 6 millones 099 mil 689 a 5 millones 532 mil 724 hectáreas.
“Sin embargo, en 2020, con la entrada del programa en los estados de Morelos, Puebla y Tlaxcala, la superficie sembrada creció en 6 por ciento”, detalló la dependencia federal.
Las entidades del sursureste del país, también presentaron incrementos en la superficie sembrada con maíz grano de temporal, impulsada por el programa Fertilizantes para el Bienestar, así, durante 2021-2022, la superficie sembrada de maíz blanco de temporal creció 0.7 por ciento en Oaxaca, 0.1 por ciento en Chiapas y 0.8 por ciento en Guerrero.
Destinaron 17.5 mil millones de pesos en 2024
Detalló que el volumen de producción de maíz blanco de temporal durante 2023 estuvo condicionado en gran medida por la sequía, sin embargo, se destaca que durante el periodo 2020-2022, las entidades de Chiapas, Guerrero y Oaxaca presentaron una tendencia creciente del volumen de producción de 9.6 por ciento, 5.4 por ciento y 6 por ciento respectivamente.
El programa Fertilizantes para el Bienestar inició en 2019 en el estado de Guerrero y, desde entonces registró un crecimiento notable en cobertura y presupuesto, pues pasó de 300 mil beneficiarias y beneficiarios en Guerrero, con mil millones de pesos, a dos millones de derechohabientes en el plano nacional, con 17 mil 500 millones de pesos en 2024.
Los apoyos constan de hasta 600 kilogramos de UREA y/o Fosfato Diamónico (DAP) por productor de pequeña escala; el objetivo es incrementar la producción de cultivos prioritarios como maíz, frijol y arroz en las regiones donde las agricultoras y agricultores de pequeña escala habían sido excluidos del modelo de desarrollo económico de sexenios anteriores.
Cubre un tercio de los costos de los productores
Refirió que la comparación entre beneficiarios con no beneficiarios permitió identificar que el Programa de Fertilizantes incrementó la superficie sembrada en 15 por ciento, incrementó el volumen de producción en 18 por ciento y aumentó el valor de la producción en 21 por ciento.
El programa cubre hasta 32 por ciento de los costos de producción y permitió reorientar los recursos de la compra de los insumos a la mano de obra.
El programa impactó 32 por ciento y 63 por ciento en los costos de producción e ingreso de los productores con una hectárea o menos, respectivamente, y de 8 por ciento y 17 por ciento en quienes tienen de tres a cinco hectáreas, lo que indica su alta progresividad.
La entrega de fertilizantes es altamente pertinente pues 90 por ciento de las y los productores consideró que el alto costo de los insumos es un problema relevante en sus unidades de producción.
Es un programa de fomento a la producción, no asistencial
La evaluación mostró que el 94 por ciento de las y los derechohabientes están satisfechos con el programa y el 90 por ciento lo consideran oportuno.
Con estos datos de impacto se finalizó el ciclo de evaluación para este programa, pues anteriormente se realizaron valoraciones de diseño y de procesos entre 2019 y 2022. Todas éstas contaron con la participación de diversos actores internos y externos del programa.
A decir de Sader, el programa Fertilizantes para el Bienestar no es un programa asistencial, sino un programa que fomenta la producción, reduce los costos de los agricultores y contribuye a la soberanía alimentaria.
