Top 5 This Week

Related Posts

Resistencia no es violencia / Por René González

¿Cuál es el juego perverso de Donald Trump y las fuerzas políticas que lo apuntalan? ¿Instaurar un demencial Imperio fascista aún contra la voluntad de la mayoría pueblo estadounidense? Si en el siglo pasado donde predominaba abiertamente el racismo y la discriminación en los Estados Unidos, la Estatua de la Libertad yacía como un símbolo moralmente minúsculo, hoy es simplemente la caricatura de un régimen en decadencia con delirios intervencionistas que quiere seguirse asumiendo como el policía del mundo.

En medio de las abiertas guerras que se sostienen en Europa y Medio Oriente, al gobierno de Estados Unidos ahora se le presentan una crisis interna debido a su propia xenofobia y autoritarismo. Porque si bien, el presidente Trump llegó al poder por la vía de las urnas, sectores activos y críticos del pueblo estadounidense han salido a desbordar las calles y plazas, este sábado 14 de junio (en pleno día de su cumpleaños), en la mayor parte de las ciudades de la Unión Americana, en rechazo a sus políticas en el llamado “No King Day”.

Pero bastó una chispa para encender este descontento acumulado en menos de seis meses de su segundo mandato, como fue la condenable represión militarizada ante las protestas ciudadanas, desplegando las redadas antinmigrantes en Los Ángeles. Los mexicanos en Estados Unidos pasaron a ser protagonistas de estas movilizaciones mostrándose como una comunidad unida que responde frente a las amenazas a sus integrantes.

Nuestra presidenta ha enfatizado la premisa de no caer en provocaciones, montajes o escenarios donde la violencia conviene solo a Trump para justificar sus sueños de totalitarismo imperial y propaganda para exacerbar del racismo.

La Presidenta de México se mantiene firme en el apoyo a nuestros hermanos migrantes y residentes en Estados Unidos que han sido víctimas de esta nueva ola de represión y desprecio, a través de los consulados y las vías diplomáticas correspondientes; a su vez que mantiene las negociaciones directas con el gobierno de Trump en cuanto a materia económica y seguridad compartida, bajo el mandato que nos impone la defensa de nuestra soberanía: colaboración sí, nunca subordinación.

En México se extiende la indignación por el uso de la fuerza y por los atropellos que se acumulan en contra de nuestros compatriotas, que trabajan para hacer funcionar la economía norteamericana, al mismo tiempo que no abandonan a sus familias de este lado de la frontera. Pero entre el pueblo organizado prevalece la sabiduría de saber poner cada cosa en su lugar, y de discernir más allá de protagonismos de algunos actores propios o extraños, y de la natural hipocresía de la oposición.

Ahora resulta que los entreguistas del PRI y el PAN que traicionaron la Patria con la privatización de nuestros recursos naturales, ahora ya están interesados en las generaciones de migrantes que ellos mismos expulsaron de México con la imposición de las políticas depredadoras de los gobiernos neoliberales.

Porque sin contar las comunidades históricas con raíces mexicanas en el sur de los Estados Unidos, la mayor presencia de migrantes en todo su territorio fue ocasionada por tres décadas de política tecnocrática que apostaron a la desnacionalización de los bienes públicos y que solo ofrecieron convertimos en reserva de mano de obra para las empresas transnacionales, dejando sumido el campo mexicano en el olvido y la pobreza. Esa es la pesadilla de la que estamos despertando en la actual Transformación de México.

Ese pueblo que supo buscar una alternativa más allá de nuestras fronteras, es el mismo pueblo que sabe que -resistencia no es violencia-, tal cual lo ha expresado nuestra Presidenta, pues a la fuerza de la intimidación y el despojo hay que anteponer la fuerza de la razón y el derecho, tal como los mexicanos lo hemos demostrado en tantos episodios de la vida nacional y de lucha cívica y pacífica que posibilitó esta Cuarta Transformación de la vida pública; misma que hoy tiene repercusiones en los territorios de los que México fue despojado por medio de la guerra.

Hoy, en ambos lados de la frontera no debemos dar un centímetro de posibilidades a la derecha fascista y carroñera que sueña con un país en llamas y un río revuelto que les permita rehacerse del poder a la mala como su habitual servilismo para ofrecer el destino de México nuevamente a los intereses de las cúpulas extrajeras.

La unidad nacional se hace indispensable, porque en el centro está la solidaridad genuina e inteligente con nuestros hermanos migrantes quienes siempre serán parte de la Patria. En medio de los crecientes conflictos internacionales y disputas entre poderes hegemónicos, México, y las mexicanas y mexicanos somos ejemplo de voluntad de transformación por medio de la resistencia civil pacífica.

Popular Articles